salar de uyuni

Sal de mesa. La piel granula
con el leve respiro el cuello
que se aparece sobre las poleras
horribles que te pones debajo si hace frío.
Dados de sal. Estatuas que confían
(en todas las pestañas de los ojos cerrados
tejiendo los cáñamos del lago en
que un viejo agarra un pez para su hijo)
que el frío se mantenga para ocultar la ropa.
Pero aclara.

más ...

Toda tierra es desierto ocre
el adorno del árbol no debe confundirnos.
Se acumula la sal en panales de suelo y
las abejas también son un detalle.
Es un detalle que tu piel granule,
hexágono el comienzo: un
cristo crucificado en cada
juntura de los bloques del salar.
Saben si es mímica el silencio,
cuáles voces se oyen de las nuestras.

Este es el lugar donde nada se acerca ni se aleja
donde deja de ser mi cuerpo lo que toco
y no siento pisadas
(es como verte sin oírme).
Atardece en mis cuatro, seis, costados
y camino a la izquierda del sol como un demente.
Soy una línea recta, una línea
un turista entre gránulos blancos.
Reemplaza el plato caliente
a nuestro sol que se ha ido.
Enrique Winter

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